Entrenamiento de fuerza: tu aliado contra el colesterol alto

Entrenamiento de fuerza: tu aliado contra el colesterol alto

El entrenamiento de fuerza, comúnmente asociado al desarrollo muscular, también es un gran aliado para la salud del corazón. Ejercicios como sentadillas, lagartijas, peso muerto o trabajo con mancuernas ayudan a aumentar el gasto energético, reducir la grasa corporal y mejorar la sensibilidad a la insulina, factores clave para mantener los niveles de colesterol y triglicéridos bajo control.

A diferencia del cardio, el ejercicio de fuerza estimula el metabolismo incluso en reposo, lo que significa que tu cuerpo sigue quemando calorías horas después de haber terminado tu rutina. Esto contribuye a una reducción progresiva del tejido graso que suele estar asociado a niveles altos de lípidos en sangre.

Además de mejorar el perfil lipídico, el entrenamiento de fuerza fortalece los huesos, mejora la postura, previene lesiones y favorece una mejor calidad de vida. No necesitas un gimnasio para empezar: ejercicios con el propio peso corporal son igual de efectivos si se hacen con constancia y buena técnica.

Idealmente, se recomienda realizar ejercicios de fuerza dos a tres veces por semana, trabajando diferentes grupos musculares. Combinado con ejercicios aeróbicos y una alimentación balanceada, este tipo de entrenamiento completa una rutina integral para cuidar tu salud cardiovascular.

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