Una alimentación saludable comienza con una buena planificación. Diseñar un menú semanal equilibrado puede ayudarte a mantener estables tus niveles de colesterol y triglicéridos, mientras disfrutas de una dieta variada y sabrosa. El objetivo es reducir el consumo de grasas saturadas y azúcares, e incrementar el de fibra, frutas, verduras y grasas saludables.
Por ejemplo, puedes comenzar el día con un desayuno de avena con fruta y semillas de chía, seguido de un almuerzo con filete de pescado a la plancha, arroz integral y vegetales salteados. En la cena, una sopa de lentejas con ensalada verde es ligera, nutritiva y beneficiosa para tu corazón. Entre comidas, opta por snacks como frutas frescas, yogur bajo en grasa o nueces naturales.
Incluir legumbres, cereales integrales y vegetales en cada comida no solo favorece el tránsito intestinal, sino que también contribuye a reducir la absorción de colesterol en el organismo. Además, limitar los productos refinados y ultraprocesados te ayuda a mantener estables los triglicéridos.
La clave está en mantener un equilibrio. Comer bien no se trata de seguir una dieta estricta, sino de adoptar un estilo de vida más consciente. Un menú semanal saludable es una guía que te permite organizarte mejor y tomar decisiones que beneficien tu salud a largo plazo.